Chile :COMENTARIO DE ARTURO MUÑOZ.
Querido amigo: Poco se puede agregar al artículo que publicas en el GV, "Democracia Cristiana, de la apostasía a la putrefacción". Quizá, solamente algunas consideraciones personales -no respecto al artículo en sí- sobre el trasfondo del mismo.
El artículo me parece serio, muy pensado, profundo y cuestionador.
Tal vez, una anécdota familiar venga al caso. En la década del '30, allá en el puerto de Iquique, mi abuelo (Alejandro Muñoz del Fraile), español dedicado al comercio, tenía un amplio local cercano al puerto en el que vendía, principalmente, colchones, marquesas y todo tipo de adminículos de dormitorio de aquellos años. Junto al local, mi abuelo poseía un enorme galpón que usaba como bodega. Contaba mi fallecido abuelo que una mañana se personaron en su local tres jóvenes abogados solicitándole el arriendo temporal del galpón.
Uno de esos profesionales era Eduardo Frei Montalva. Querían usar la bodega como centro de reuniones del recién formado partido político llamado Falange Nacional.
Mi abuelo aceptó bajo una sola condición: quería escuchar los planteamientos de esa Falange en la primera de las reuniones, y luego decidiría si seguía o no arrendándoles el galpón.Según relataba mi abuelo, esa primera reunión fue para él la ÚNICA VEZ que escuchó en Chile argumentos llenos de mística, de buena fe, de principios y valores dignos del mejor de los libros, de respeto por las otras tiendas partidistas pero, a la vez, fuertes y sólidos cuestionamientos al modelo existente...o a un mundo ya dividido en dos grandes bloques (y eso que la Segunda Guerra no se había producido aún).
Para mi abuelo, luego de esa larga reunión (siete horas de duración), no cabía duda alguna: la Falange y, especialmente, Frei, algún día gobernarían Chile. Allí se enteró de que existía la posibilidad de estructurar una vía distinta a las conocidas hasta ese momento.
"Hubo momentos -decía mi abuelo- en los que creí que el espíritu de Cristo se hallaba en el lugar".
Querido Raúl, te aclaro que mi abuelo nunca fue DC, pero manifestó una admiración sana y racional por Frei Montalva cuando fue Presidente de Chile, pero esa primera reunión de la falange en aquel galpón iquiqueño fue para él algo así como "el sermón de la montaña"... en política.
Lo que trato de decirte es que el PDC perdió completamente la brújula, los valores y principios que le dieron origen, trocándolos por la adoración al becerro de oro y a los privilegios que otorga el poder.
El desapego a las normas altruistas que le dieron vida, son hoy "apegos" al enriquecimiento fácil, a lo contubernioso y al maquiavelismo político. Actualmente, el PDC es un apóstata de su propia creación partidista.
Hace algunos años (1981-1985), siendo yo dirigente sindical y trabajando junto a la Fundación Hans Seidel de Alemania, constaté que el PDC chileno se asemejaba perfectamente a los planteamientos de la DC alemana (CDU) dirigida por Franz Josef Strauss, la cual, como bien sabemos, bajo el mandato de Strauss se situó bastante a la derecha como para asegurar que no se trataba de un partido de centro...ni de una tienda que representara los valores cristianos propiamente tales.
Strauss llegó a constituirse en uno de los escasos políticos germanos que apoyaron abiertamente la dictadura de Pinochet, y que tildó de 'ratas y moscardones' a los social demócratas.
Hoy, en Chile, el PDC se ha convertido en un centro de empleos, los que son servidos por personas incondicionales al establishment interno de ese partido. El amor a la patria, el esfuerzo permanente por mejorar la situación de los chilenos, la búsqueda del bien común y todos los valores que alguna vez esa tienda propugnó, hoy son simples letras de una vieja poesía en la que sus líderes no creen (no conocen).
Fuente :El Gran Valparaíso.CL
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