lunes, 2 de junio de 2008

Democracia Cristiana, de la apostasía a la putrefacción.

Chile: La traición a la Democracia Cristiana.


Si este partido ha degenerado en una banda que sólo busca conservar el poder es porque la mayoría de sus jerarcas silenciaron la voz de su conciencia....

Raúl Gutiérrez V., editor de GRANVALPARAISO.CL


AL PRESIDENTE FRANCÉS Nicolás Sarkozy le falta mucho para llegar a viejo, de modo que es probable que sus aventuras y escarceos seximentales terminen por superar con holgura los que se han conocido de otro popular mandatario católico de las últimas décadas, el estadounidense John Kennedy, quien, claro, tenía apenas 42 años cuando fue asesinado en un incidente del que nunca se sabrá toda la verdad. Pese a la debilidad de su carne, Sarkozy no ha silenciado su condición de católico ni ha esquivado el intento por traducir su fe de alguna manera en la vida pública, aun cuando ello moleste a los beatos del laicismo que hacen nata en Francia y que siguen adorando ídolos fraguados en tiempos de la Revolución Francesa y la época napoleónica.

Sarkozy ha desafiado las exigencias de lo políticamente correcto al cuestionar la separación radical entre religión y Estado y al destacar el aporte que la fe puede hacer para la construcción de una sociedad mejor.

PROGRESISMO Y SOFOCAMIENTO DE LA VIVENCIA RELIGIOSALa situación presenta similitudes con Chile, en donde el progresismo agnóstico solapadamente hostil a la vivencia religiosa se las ha arreglado para conseguir que los cristianos que ...... han apoyado con lealtad a los sucesivos gobiernos concertacionistas conviertan su fe en un fenómeno puramente individual, constreñido en forma casi vergonzante a los límites del hogar y al templo que concurren. Los supuestos progresistas han terminado instalando la percepción de que ellos son superiores desde el punto de vista intelectual e incluso humano y que quienes todavía mantienen creencias religiosas y concurren de vez en cuando al templo son unos pobres diablos con traumas de la niñez o debilidades psicológicas que deben ser acogidas con simpatía o amplitud de criterio, aunque a sus espaldas después digan algún chiste de mal gusto o en el mejor de los casos esbocen una sonrisita condescendiente.

"En este gobierno ateo ya ninguna obra pública, importante o modesta, recibe la bendición de un sacerdote", confidenciaba medio en broma, medio en serio un alcalde demócratacristiano de alta exposición mediática en la Región Metropolitana. Lo decía en tono de queja, aunque, por otro lado, él tenía buena parte de la culpa, ya que en las numerosas ceremonias en las que representa a la comunidad local podría muy bien instruir a sus asesores para que se encargaran de que no faltase la bendición de un clérigo o pastor. Al fin y al cabo y aunque los progresistas agnósticos, indiferentes o ateos, sean mayoría en las cúpulas de la Concertación, todavía cuando al menos dos tercios de los chilenos se consideran católicos y cerca del 90% se definen cristianos, de manera que no se pecaría ni de venial.

En las ceremonias de inauguración de obras, muchas veces inconclusas o que funcionan de manera deficiente, donde se suceden discursos ramplones y lateros, plagados de incoherencias y atentados contra el idioma, como son los que habitualmente pronuncia la Presidenta Bachelet, bien se podrían destinar algunos minutos a una oración por la comunidad y a la bendición de las instalaciones que correspondan y de los ciudadanos que habrán de servirse de ellas.

Pero, en verdad os digo que,.......los católicos que hoy en día ocupan posiciones influyentes en el Gobierno o en los partidos concertacionistas han optado por "sumergirse", en homenaje a sus aliados "progresistas", a fin de no molestarlos ni parecer impertinentes. Esta carencia de asertividad (cobardía la llamarían otros), ha ido de la mano de una inconsecuencia o traición infinitamente más grave. Se trata de un alejamiento progresivo de todos estos creyentes respecto de las raíces de su fe, que es lo que explica en medida importante que la Democracia Cristiana, partido que concentra a los católicos que actúan en política en Chile, esté en claras vías de agotamiento. Sufre una sequía espiritual, probablemente insuperable, causa directa de su degeneración en una banda de mafiosos. Preciso es aclarar que no nos estamos refiriendo a la masa de militantes, donde abundan las personas de buen corazón y fe sencilla, sino de que quienes controlan los hilos de poder al interior de esa colectividad y que la están precipitando a la bancarrota espiritual.

Podríamos citar las durísimas expresiones de alguien que fue hasta poco presidente de la Democracia Cristiana, quien calificó a la mesa directiva de la DC de "asociación ilícita" y de estar "coludida con la corrupción". Pero tal vez revista mayor elocuencia el testimonio de Gabriel Valdés Subercaseaux, presidente en innumerables oportunidades del PDC y leyenda viviente del partido, el último de los sobrevivientes de aquella falange de jóvenes católicos que a fines de los 30 y a principios de los 40 dieron vida a una colectividad inspirada de veras en el Evangelio y que querían jugársela a fondo por encargar su fe en la actividad pública. Ha señalado a comienzos de marzo de 2008 el todavía embajador de Chile ante Italia: "La Democracia Cristiana es un partido tipo Cosa Nostra que busca poner militantes en puestos claves. Es un partido que ha terminado agotándose y que ya cumplió su tarea, completó su ciclo ".

CRECIENTE SEQUIA ESPIRITUALHacia fines de los 90 tuve una experiencia religiosa muy deprimente al concurrir a la misa de Nochebuena a una pequeña parroquia situada cerca de mi casa en uno de los cerros de Valparaíso. El cura intentaba, cantando con voz de gallina clueca, suplir la inexistencia de un coro decente, en una ceremonia donde se detectaba improvisación, falta de creerse el cuento, ausencia de recogimiento; como cabía esperar, la prédica resultó insustancial y aburrida. ¡Qué manera de desaprovechar el cura esa tribuna en una noche tan especial! Divisé entre los asistentes a un político católico de la zona y junto con valorar su asistencia, perdido entre medio de la feligresía, me pregunté de qué manera podía alimentarse su reflexión y actividad si el insumo de formación que recibía al asistir a una liturgia de estas características era tan pobre.

Diez años después me enteré que la presidenta de la Democracia Cristiana había sufrido una crisis de salud que había provocado alarma entre sus cercanos cuando se dirigía a una fiesta familiar la noche del 24 de diciembre. Era obvio que la dirigente política no incluía en su agenda la concurrencia a la misa de Nochebuena, pese a que ésta es para los cristianos una de las principales fiestas del año litúrgico. El hecho de que la sociedad.... se haya ensañado en envilecer el significado de esta fecha debiera incitar a los creyentes a infundirle un carácter religioso.

Aunque se trataba obviamente de dos hechos puntuales, me atrevo a aventurar que ilustran cómo una gran mayoría de jerarcas de la DC han pasado por comodidad u omisión culpable desde una situación de abastecimiento espiritual insuficiente y de mala calidad, a un estado de absoluta sequedad interior.
De ninguna manera pretendo insinuar que los dirigentes y militantes de la Democracia Cristiana debieran ser asiduos feligreses a las liturgias católicas, aunque tampoco podía considerarse impropio que así fuere. El punto central es que por la experiencia que acumulo merced a la estrecha interacción con muchos de ellos, puedo afirmar que la inmensa mayoría no sólo se ha alejado de una interacción aunque sea crítica respecto de la Iglesia Católica y las iglesias cristianas en general, sino que ha descuidado su vida interior y espiritual, cuando no incluso la puramente intelectual. Ya no participan en ninguna instancia en la que pongan en tensión sus percepciones acerca de la fe.

Sólo por conveniencia electoral asisten a eventos religiosos, sean ellos católicos, luteranos, anglicanos, pentecostales. Han dejado de lado toda actividad asociada a una visión trascendente de la vida y también han dejado de pensar en cristiano; hasta las neuronas se las han congelado. Ya no discuten ni con ellos mismos ni con otros acerca de cómo vivir la fe cristiana a comienzos del siglo 21 y entonces su supuesto testimonio cristiano queda reducido a la reiteración de algunas creencias o dogmas que suenan cada vez a consignas, es decir carentes de sustento, que cada vez se repiten con menor convicción, lo que la gente capta y termina suscitando lástima por quienes las formulan.

En forma tímida, la revista "Política y espíritu" coincide en tono menor con nuestro diagnóstico a la hora de hacer un diagnóstico de la realidad que afornta la DC: "Probablemente todos seamos un poco responsables de que se haya llegado a este estado de cosas. Un abandono de la militancia activa, de la reflexión comunitaria, de la elaboración de ideas, son sin dudas causa de que no logremos entender siquiera lo que quieren unos y otros. Hemos caído en la lógica de la competencia por sobre la cooperación, del exitismo por sobre la responsabilidad política, y sin darnos cuenta el individualismo y el pragmatismo del mercado se ha colado en la política, en nuestra política... si no atacamos las causas que dieron origen a esta crisis, seguirán otras y otras, hasta que la ciudadanía sienta que ya no somos respuesta a sus inquietudes y esperanzas, y se harte de nosotros".

Un creyente puede sufrir intensas crisis de fe, Un cristiano puede entrar en un conflicto sordo o abierto con la jerarquía de su iglesia, puede romper con ella incluso. Puede abrirse a otras experiencias religiosas o acometer búsquedas más corajudas o creativas, pero se mantendrá siempre atento a los susurros de la fe en su interior. Tal vez deje de ir al templo, o vaya sólo en ocasiones muy especiales, pero no cesará de orar, ni de buscar a Dios en su interior, aunque sólo sea para imprecarle como lo hace a menudo el salmista en el Antiguo Testamento. Aun si declara ateo, el suyo será un ateísmo conflictuado, como el de Bergman o Buñuel, y no el indiferentismo light de que hacen gala muchos de los falsos progresistas.

Por el contrario, si ese militante de un partido político, en este caso de la DC, hace tabla rasa de la voz de su conciencia, si silencia los dictados de su espíritu para dejar espacio sólo al consumismo y el pragmatismo delirantes, entonces ese creyente ha degenerado en un apóstata y, muy probablemente, en un corrupto. Ha dejado de creer que hay un solo Dios y más le valdría borrarle el nombre de cristiano a su partido demócrata y adherir sin más trámite a aquellos alegres "progresistas" de la Concertación que quieren hacernos creer que el paraíso se puede construir en esta tierra sobre la base de una tarjeta de crédito de alto cupo, para lo cual no hay problemas de meter las manos y lo que sea, mejor todavía si a uno no lo pillan.

Un elevado porcentaje de militantes influyentes de la DC, y por cierto de otros partidos que disfrutan desde hace casi veinte años de las ventajas del poder, han cometido el pecado imperdonable de olvidarse de su fe, que alimentaba su opción política, para rendirse a los ídolos de los falsos progresistas ....Constituye, sin duda, una cruel paradoja que quienes, movidos en lo fundamental por valores no bursátiles, sino éticos, ....hayan terminado por convertirse en sus administradores más eficientes,
Que quede en claro para los delincuentes intelectuales que pretendan distorsionar este planteamiento. No los llamamos apóstatas porque hayan contribuido a la dictación de una ley de divorcio, apoyen la publicidad del condón y aprueben la entrega de la píldora del día después a adolescentes de 14 años. .... Los llamamos apóstatas porque se han dejado seducir por los dioses del modernismo.... y han permitido que se seque al interior de ellos la inquietud religiosa, la vocación por lo trascendente, tras lo cual no trepidarían en vender a su madre si es preciso, ya que lo único que importa es el poder y el dinero.


CORRUPCION Y FARISEISMOPor eso, ninguno de estos cadáveres espirituales se ha atrevido a plantear públicamente lo que el presidente derechista de Francia se atrevió a postular, primero en la basílica San Juan de Letrán en Roma y luego ante el rey Abdalá de Arabia Saudita; y es que los hombres de fe son un aporte para la construcción de una sociedad más humana, para una sociedad que pretenda un desarrollo más integral: “En la transmisión de los valores y del aprendizaje de la diferencia entre el bien y el mal, el instructor no podrá nunca reemplazar al sacerdote o al pastor, porque siempre le faltará la radicalidad del sacrificio de su vida y el carisma de un compromiso basado en la esperanza. Un hombre de fe es un hombre que espera y el interés de la República es que haya muchos hombres y mujeres que esperen".

La desafección progresiva de las parroquias rurales, el desierto espiritual de las barriadas no ha hecho más felices a los franceses, añadió Sarkozy, propiciando una laicidad no beata, como la que ha prevalecido tanto tiempo en Francia y ahora hace de las suyas entre nosotros, sino una que reconozca la importancia del fenómeno religioso y de las personas de fe y no se limite a una tolerancia que sólo deja de manifiesto el complejo de superioridad de quien la ensaya. Sarkozy se atrevió a decir en Riad, la capital de Arabia Saudita, que la vida del hombre no tiene sólo una dimensión material; a las personas no les basta consumir para ser felices. Una política de civilización es una política que integra la dimensión intelectual, moral y espiritual”.

Personalmente y lo puntualizo de inmediato para que los patanes que se las dan de progresistas no yerren el blanco e intenten afinar la puntería de sus ejercicios intelectuales en mi contra, discrepo sustancialmente de la línea política del señor Sarkozy; y si los muy rufianes quieren mayores precisiones para lo cual basta que revisen mis columnas desde hace más de una década,......
En definitiva, las mentadas expresiones de Sarkozy me interpretan en plenitud y me pregunto si alguno de los monigotes que se han encaramado en altas posiciones de la Democracia Cristiana y de los gobiernos de la Concertación, tendrían los cojones o el útero suficientes para plantearlos en público, atreviéndose a escuchar los chillidos histéricos de las feministas delirantes, de los calzonudos que le hacen coro, de los socialistas ultra renovados que terminaron traicionando sus principios y de individuos que formaron un partido sin ideas o convicciones, movidos simplemente por el pragmatismo.

.... a estas alturas del siglo 21 .... no se puede seguir rindiendo pleitesía al mercado, ni seguir creyendo que el solo avance tecnológico y la globalización nos harán más felices y facilitarán una convivencia más civilizada entre los seres humanos. Nadie está abogando por imponer sus propias convicciones a quienes no las tienen, a quienes no han recibido el regalo de la fe. Nadie está postulando volver a épocas pretéritas, gracias a Dios superadas, de intolerancia y sectarismo, pero hemos caído en el otro extremo, uno en el que los cristianos y creyentes en general andan agachados, como si se avergonzaran de sus convicciones, con lo que han terminado ahogando el flujo espiritual, intelectual que les llegaba desde la Iglesia u otras fuentes para tener una vida interior que evitara que el quehacer frenético de la vida política degenere en un activismo miserable, que no los hace más felices ni ayuda a construir una sociedad más humana.

Se trata, ni más menos, que de tomar en serio las proféticas expresiones de otro gigante de la Democracia Cristiana, el recordado Radomiro Tomic: «O la Democracia Cristiana acepta ser directa y necesariamente la expresión política temporal de los valores definitorios del humanismo cristiano... ¡ o no será nada, porque no merecería serlo, y el oportunismo político la transformaría rápidamente en una feria de intereses personales cuando no bastardos!».

Al traicionar sus raíces, al abandonar la misión que sólo ellos podían llevar a cabo, los apóstatas de la Democracia Cristiana han vaciado de sentido sus propias vidas y han empobrecido ....a la sociedad chilena; y como vivimos en un mundo globalizado, con su cobardía y falta de compromiso han empobrecido a la humanidad entera.

Que las declaraciones de un derechista como Sarkozy sea quien ilumine acerca de esta lamentable situación no deja de ser una paradoja, .......El Espíritu Santo sopla por doquier y quienes lo han traicionado para rendirse al becerro .....del poder harían mejor en escrutar los signos de los tiempos y en valorar el coraje y lucidez que en este aspecto ha tenido el presidente Nicolás Sarkozy.
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